A pesar de que, debido a que muchos animales mueren antes de ser atendidos por una protectora o una instituci&oacute;n municipal, es imposible calcular el n&uacute;mero de abandonos que se producen cada verano. &ldquo;El futuro de un perro o gato abandonado es triste, doloroso e incierto, pues aparte de padecer hambre, sed, enfermedades, agotamiento y un gran deterioro f&iacute;sico y psicol&oacute;gico, muchos son utilizados en peleas salvajes o acaban atropellados en la carretera, lo que, adem&aacute;s del sufrimiento del animal, puede provocar accidentes mortales para los ocupantes del veh&iacute;culo&rdquo;. Tener en casa un guacamayo, una boa, un chimpanc&eacute;, un mapache, un Kinkajou o un escorpi&oacute;n es una moda que, adem&aacute;s de&nbsp;peligrosa&nbsp;para sus due&ntilde;os, resulta&nbsp;muy perjudicial para estas especies y la&nbsp;biodiversidad&nbsp;en general. Estos animales son una peque&ntilde;a muestra de una extensa lista repleta de muchos otros tipos. Un perro o gato &nbsp;que ha sido maltratado puede mostrarse triste, depresivo o repetir de forma compulsiva determinados comportamientos, como el ladrar a todas horas. El maltrato, f&iacute;sico o psicol&oacute;gico, deja secuelas en el perro o gato que lo ha sufrido. El comportamiento de un animal que ha padecido abusos por parte de su due&ntilde;o cambia, en especial si &eacute;stos se prolongan durante meses o a&ntilde;os. Un can desconfiado, con problemas para relacionarse con otros animales o personas de su entorno, e incluso ciertos tipos de agresividad, puede estar indicando que el perro ha sido maltratado y que, por lo tanto, que necesita ayuda.&nbsp;<br />&nbsp;&nbsp; &nbsp;