<br />San Jos&eacute; es &ldquo;el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta&mdash; un intercesor, un apoyo y una gu&iacute;a en tiempos de dificultad&rdquo;. &Eacute;l nos recuerda que &ldquo;todos los que est&aacute;n aparentemente ocultos o en &ldquo;segunda l&iacute;nea&rdquo; tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvaci&oacute;n&rdquo; (Papa Francisco).<br />Estas meditaciones profundizan en la figura extraordinaria del padre legal de Jes&uacute;s. No fue su padre biol&oacute;gico, pero asumi&oacute; el papel de la paternidad formativa y espiritual del Ni&ntilde;o Jes&uacute;s. El esposo de Mar&iacute;a propone al mundo de hoy el significado y valor de la paternidad.<br />En una cultura desestructurada en las relaciones afectivas, la figura del padre emerge con fuerza de imperiosa necesidad.<br />Necesitamos figuras de padres, que asuman la tarea educativa de los hijos, que los conduzcan de la mano hasta llevarlos su plenitud humana y espiritual seg&uacute;n el plan de Dios.<br />Necesitamos hoy figuras como San Jos&eacute; que representen a los hombres y mujeres de nuestro tiempo el amor del Coraz&oacute;n del Padre.<br /><br />Amador Pedro Barraj&oacute;n Mu&ntilde;oz (1957) es licenciado en filosof&iacute;a y doctor en teolog&iacute;a por la Pontificia Universidad Gregoriana. Catedr&aacute;tico de teolog&iacute;a en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, del que ha sido Rector y Director del Instituto Sacerdos para la formaci&oacute;n permanente de sacerdotes, actualmente es Rector de la Universidad Europea de Roma. Es autor de diversos libros y art&iacute;culos de teolog&iacute;a, espiritualidad, cultura y pastoral.<br />&nbsp;