Todos conocen su rostro, pero ¿cuántos conocen su verdadera historia? Mona Lisa nunca fue una mujer ordinaria. Descendiente de la realeza de Nápoles, duquesa de Milán y de Bari. La nobleza no le dio privilegios, sino deberes. Luchó por todo lo que consiguió. Desafió a los poderosos de su época. Pretendió gobernar y demostró ser mejor que muchos hombres. Trató de vivir sin miedo y sin esperanza, para no ser víctima de las emociones. Superó guerras, conspiraciones y traiciones. El orgullo por su dinastía y el amor por sus hijos le dieron la fuerza necesaria para ganarse su revancha. Leonardo da Vinci la admiraba profundamente, por eso quiso hacer de ella su obra maestra.<br/>