Cuando Elvira tom&oacute; un vuelo de Madrid a Caracas, nunca imagin&oacute; pasar los siguientes dos meses ingresada en una cl&iacute;nica, debati&eacute;ndose entre la vida y la muerte por una enfermedad desmielinizante desconocida que la dej&oacute; paral&iacute;tica por un par de meses. Lleg&oacute; a Espa&ntilde;a en una silla de ruedas, no obstante, esta circunstancia no la amilan&oacute;: hab&iacute;a pasado por muchas adversidades antes y las hab&iacute;a sobrevivido. Lleg&oacute; hasta a quedar ciega de un ojo y se cur&oacute;, algo que los oftalm&oacute;logos llamaron un milagro, pues no se explican todav&iacute;a lo sucedido. Pensando en su familia primero, creci&oacute; ante los desaf&iacute;os que la vida fue presentando: nunca se acobard&oacute; en los momentos m&aacute;s cr&iacute;ticos. Es m&aacute;s, continu&oacute; viajando y disfrutando de la vida, sin pensar cu&aacute;nto tiempo le queda para seguir caminando &mdash;su equilibrio empeora cada a&ntilde;o y puede que regrese pronto a la silla de ruedas&mdash; porque, como en sus 72 a&ntilde;os de vida, siempre que pueda, seguir&aacute; avanzando hacia adelante.&nbsp;<br /><br /><b>Elvira Fern&aacute;ndez de Veiga</b>, de 72 a&ntilde;os, naci&oacute; en la provincia de Orense, Espa&ntilde;a, y vive en Vigo desde hace tres a&ntilde;os. Durante 60 a&ntilde;os vivi&oacute; en Venezuela, donde se cas&oacute;, form&oacute; una familia y enviud&oacute;. Desde ni&ntilde;a su <i>hobby</i> era leer todo tipo de libros que cayera en sus manos; siempre so&ntilde;&oacute; con escribir un libro para ayudar a otras mujeres y para exponer que en la vida hay momentos dulces y amargos:&nbsp; lo importante es saber sobrellevarlos y canalizarlos.&nbsp;<br />Alguna vez ley&oacute; que en la vida hay que realizar tres cosas: tener un hijo, escribir un libro y plantar un &aacute;rbol. Con esta publicaci&oacute;n, finalmente cumplir&aacute; esos tres objetivos.&nbsp;<br />&nbsp;