<b>La escritura es un oficio. Y para ejercerlo bien, a m&aacute;s del uso cuidadoso de la gram&aacute;tica y de los materiales debidos, se requiere de t&eacute;cnicas claras de escritura, algunas de ellas personales y encontradas a trav&eacute;s del ensayo-error, y otras aprendidas de los grandes maestros. Estas &uacute;ltimas encontradas en libros que ya son cl&aacute;sicos, ser&iacute;an quiz&aacute; las m&aacute;s efectivas, pues esos mismos escritores se basaron en otros anteriores (fueron sus hipotextos) y pulieron as&iacute; sus formas narrativas, lo que permite al escritor moderno, igual que al cient&iacute;fico, tener un buen basamento para su oficio. Conocer bien el pasado y sus usos y maneras de entender, propician m&aacute;s seguridad en el presente. Dir&iacute;a que ellos ya corrigieron los errores para que nosotros no los repitamos</b>