Limitados por las dificultades vividas en Brasil, la familia Himura se ve ante una propuesta irrechazable; trabajar como operarios bien remunerados en Japón ya que, debido al rápido crecimiento de sus industrias, el país comenzó a necesitar de mano de obra externa. A pesar de ser reticentes al principio, pronto los Himura prepararon sus equipajes y emprendieron la aventura hacia el otro lado del continente. Pero, Japón no es Brasil. Sin dudas! A partir de ahí, ya instalados, con el gran salario depositado en la fecha exacta, transcurre la historia de la metamorfosis que, sin aviso salvo por cambios imperceptibles en el eje familiar pero con el paso de los años, los transforma completamente. Vea cómo las discrepancias se transforman en problemas, las cuentas mensuales a pagar, la educación de los hijos y otras cosas simples ahora alteran el foco de los ejercicios, bordeando la desintegración familiar. Habrá valido la pena realmente?<br/>