Acaso no haya mayor gloria para un escritor que su apellido se convierta en un adjetivo.<br />Lo<i><b> kafkiano </b></i>es la negaci&oacute;n de la libertad, el deseo insatisfecho por algo que se nos impone desde una altura a la que no podemos acceder. Posiblemente, el relato que m&aacute;s se acerca a la idea de lo kafkiano sea &quot;El proceso&quot;, donde un hombre corriente se encuentra atrapado en una culpa que busca su castigo, siguiendo una l&oacute;gica inversa a la idea de justicia.<br />&quot;El proceso&quot;, novela inacabada de Franz Kafka, fue publicada de manera p&oacute;stuma en 1925 por Max Brod bas&aacute;ndose en el manuscrito inconcluso de Kafka.<br /><br /><b>SIN&Oacute;PSIS</b><br />Una ma&ntilde;ana cualquiera, Josef K., joven empleado de un banco, se despierta en la pensi&oacute;n donde reside con la extra&ntilde;a visita de unos hombres que le comunican que est&aacute; detenido -aunque por el momento seguir&aacute; libre-. Le informan de que se ha iniciado un proceso contra &eacute;l, y le aseguran que conocer&aacute; los cargos a su debido tiempo. As&iacute; comienza una de las m&aacute;s memorables y enigm&aacute;ticas pesadillas jam&aacute;s escritas. Para el protagonista, Josef K., el proceso laber&iacute;ntico en el que inesperadamente se ve inmerso supone una toma de conciencia de s&iacute; mismo, un despertar que le obliga a reflexionar sobre su propia existencia, sobre la p&eacute;rdida de la inocencia y la aparici&oacute;n de la muerte.<br /><br />La lectura de &quot;El proceso&quot; produce cierto &laquo;horror vacui&raquo; pues nos sumerge en una existencia absurda, en el filo de la navaja entre la vida y la nada.