El nombre de Henry David Thoreau ha llegado a nuestros d&iacute;as ligado a dos libros capitales para el pensamiento individualista y antiautoritario: &quot;Ensayo sobre la Desobediencia Civil&quot; y &quot;Walden&quot;. Sin embargo, &quot;Caminar&quot; fue su obra m&aacute;s popular. Concebida para una conferencia y le&iacute;da en numerosas ocasiones, s&oacute;lo se lleg&oacute; a publicar p&oacute;stumamente en 1862.&nbsp;<br /><br />&quot;Caminar&quot; es un ensayo brillante, una exposici&oacute;n de la filosof&iacute;a del deambular, pero tambi&eacute;n la defensa de un &laquo;<i>pensamiento salvaje</i>&raquo; que arroje sobre nuestra conciencia una luz m&aacute;s parecida a la de un rel&aacute;mpago que a la de una vela. Un canto ecologista muy personal, su iron&iacute;a y el rumbo vagabundo que por momentos toman sus reflexiones, hacen de la lectura de este libro algo tan tonificante como un paseo de buena ma&ntilde;ana. Y no hace falta que Thoreau nos recuerde que &laquo;<i>el aburrimiento no es sino otro nombre de la domesticaci&oacute;n</i>&raquo;.