Jack London, el c&eacute;lebre escritor estadounidense que con tanto acierto consegu&iacute;a reflejar la vida a trav&eacute;s de la experiencia y la observaci&oacute;n, narr&oacute; en 1907 una novela que explicaba su particular visi&oacute;n de la evoluci&oacute;n humana. Reforzaba la doctrina de Darwin y no debieron ser pocos los que contuvieron el aliento y se guardaron sus objeciones ante su versi&oacute;n novelizada. El t&iacute;tulo, toda una declaraci&oacute;n de intenciones: &quot;Antes de Ad&aacute;n&quot;.<br /><br />En &quot;Antes de Ad&aacute;n&quot;, un muchacho del siglo veinte se convierte en sus sue&ntilde;os nocturnos en Colmillo Largo, un hom&iacute;nido del Pleistoceno, que vive en una sociedad desgarrada por feroces conflictos de convivencia entre unas poblaciones que han alcanzado distintos estadios de evoluci&oacute;n. En sus horas de vigilia, el muchacho pone en orden los terribles episodios de su vida primitiva para dar una coherencia &ldquo;cronol&oacute;gica&rdquo; a sus experiencias y as&iacute; remontarse hasta la noche m&aacute;s oscura de los tiempos. A partir de aqu&iacute;, London teje una sugerente teor&iacute;a sobre la memoria racial.