La primera novela juvenil de Larranaga gira en torno a la vida de Darius Hunter, un chico de primer curso en el instituto, que vive en un mundo donde los vampiros conviven con los humanos. A los jóvenes vampiros como Darius se les mantiene bajo una medicación impuesta por el gobierno para que no se conviertan en vampiros completos hasta que cumplan los 18. Darius es inteligente, sensible y «demasiado humano», un chico que solo intenta encajar, encontrar el amor y escapar de Bao Wang, un jugador de fútbol americano que la ha tomado con él. Su parte humana es lo que le impide alcanzar sus metas y sueños, así que el tío Jack, un vampiro al que Darius admira mucho, le proporciona una sustancia llamada Blood Orange Soda. Esta bebida, que funciona como los esteroides, acelera el proceso de transformación de Darius hacia su forma vampira completa. Pero no garantiza que las vidas de su madre y su hermana no se vean alteradas, ni que consiga el amor de Ángela Martin o que venza de una vez por todas a Bao. Tampoco le hace inmune al sufrimiento y a la pérdida.
El autor usa temáticas de la literatura juvenil como los vampiros y el amor adolescente y consigue darles una importancia real debido a la sorprendente empatía y respeto con que los trata. La novela explora algunas de las obsesiones de los adolescentes en la actualidad, como Facebook, los iPads y los cambios en la cultura popular. Su punto fuerte son los personajes, con los que el lector se puede identificar fácilmente y que cobran vida gracias a la prosa cercana de Larranaga. Darius no es simplemente un personaje creíble, sino que parece que existe de verdad. Tanto en las situaciones más inverosímiles como en las más comunes, el lector se verá seducido por Darius desde la primera página y querrá seguir leyendo. Con este libro se aspira a lanzar una serie de novelas, lo que puede ser positivo para la trayectoria del autor, aunque es una pena que una historia tan potente como esta se diluya c