Si bien puede que no sea tan conocido como la inteligencia intelectual (IQ), la inteligencia emocional (EQ) es responsable de hacer posible que algunas personas se conecten de forma más natural con otras de una manera productiva. La inteligencia emocional (EQ) les ayuda a tomar sin esfuerzo la elección correcta en el momento y, en general, a ser capaces de crear acciones positivas a partir de buenas intenciones.
Al comprender las señales no verbales que nos envían otras personas, entenderemos mejor los mensajes y la situación, lo que nos permitirá reaccionar y abordarlos de la manera más apropiada. Si más personas son capaces de percibir y comprender mejor cómo se sienten los demás con respecto a ellos y el significado real de lo que intentan transmitir, pueden ajustar su comportamiento y sus reacciones en consecuencia. Por lo tanto, aumentan sus probabilidades de hacer más conexiones sociales con otros a su alrededor.