Naci&oacute; (1884) en una familia de clase media: su padre era practicante y maestro de escuela y su hermano mayor era Francisco Camba. A los trece a&ntilde;os, se escapa de casa y embarca como poliz&oacute;n en un barco que va a Argentina. En Buenos Aires se introduce en los c&iacute;rculos anarquistas y hace sus primeras armas literarias redactando proclamas y panfletos. A consecuencia de ello, en 1902 es expulsado de Argentina, junto a otros anarquistas extranjeros. De regreso en Espa&ntilde;a, comienza a colaborar en el Diario de Pontevedra, pero r&aacute;pidamente se instala en Madrid, en donde escribe para publicaciones &aacute;cratas como El Porvenir del Obrero y La Revista Blanca. En pocos meses crear&aacute; su propio peri&oacute;dico en la calle de la Madera: El Rebelde. En esa aventura le acompa&ntilde;ar&aacute; Antonio Apolo. A partir de 1905 colabora como cronista en El Pa&iacute;s, rotativo republicano. Sus escritos son de tem&aacute;tica variada y en ellos pone de manifiesto su independencia. En este peri&oacute;dico permaneci&oacute; hasta 1907, cuando comenz&oacute; su tarea de cronista parlamentario en Espa&ntilde;a Nueva. En sus textos se empieza a apreciar el escepticismo y la brillantez que le acompa&ntilde;ar&aacute;n durante su carrera. En esos d&iacute;as tuvo lugar el proceso por el atentado contra Alfonso XIII el d&iacute;a de su boda. Julio Camba fue llamado a declarar por su vinculaci&oacute;n con Mateo Morral. En algunos de sus art&iacute;culos explica la escasa relaci&oacute;n que manten&iacute;a con el anarquista. Su vida como corresponsal no comienza hasta 1908, cuando Juan Arag&oacute;n le incorpora a la plantilla de La Correspondencia de Espa&ntilde;a. Turqu&iacute;a ser&aacute; su destino como corresponsal. All&iacute; cubrir&aacute; las elecciones y el cambio de r&eacute;gimen. A su regreso de Constantinopla, cambia de redacci&oacute;n. El Mundo es el peri&oacute;dico que le contrata para sus corresponsal&iacute;as en Par&iacute;s y Londres. En 1912 empieza a escribir bajo la r&uacute;brica de Diario de un Espa&ntilde;ol en La Tribuna. Volver&aacute; a la capital inglesa y enviar&aacute; sus primeras cr&oacute;nicas desde Alemania para este medio. En 1913 empieza a colaborar con el diario mon&aacute;rquico ABC. Colaboraci&oacute;n que dur&oacute; hasta su muerte, salvo algunas interrupciones. Una de estas (y la m&aacute;s larga) ser&iacute;a la que le llev&oacute; a ser periodista de El Sol. Escribe en este diario durante 10 a&ntilde;os (1917-1927). Repite corresponsal&iacute;as, como Berl&iacute;n, y estrena otras (Roma). De vuelta al diario de los Luca de Tena, regresa a Nueva York por segunda vez. Desde esa ciudad escribe, por ejemplo, el art&iacute;culo En defensa del analfabetismo, donde se manifiesta en contra de la generalizaci&oacute;n de la instrucci&oacute;n a todos los espa&ntilde;oles. Sus cr&oacute;nicas se recoger&aacute;n en un libro (como otras muchas): La ciudad autom&aacute;tica. Durante la Guerra Civil sus cr&oacute;nicas (en las que expresaba sus simpat&iacute;as por el bando franquista), se publican en el ABC de Sevilla. Otra colaboraci&oacute;n espor&aacute;dica, de dos a&ntilde;os, es la que mantuvo con Arriba (1951-1953). En este peri&oacute;dico comienza con la reelaboraci&oacute;n de cr&oacute;nicas y art&iacute;culos antiguos que bien est&aacute;n ligados a la actualidad o bien basados en la memoria del autor. El retoque y reconversi&oacute;n de sus cr&oacute;nicas ser&aacute; algo frecuente a partir de este momento en sus escritos editados por ABC y La Vanguardia. En 1949 fija su residencia en el Hotel Palace de Madrid hasta su muerte. El 28 de febrero de 1962 fallece Julio Camba, a consecuencia de una embolia, en la cl&iacute;nica Covesa.<br />&Iacute;NDICE:<br />- LONDRES<br />- ALEMANIA<br />- PLAYAS, CIUDADES Y MONTA&Ntilde;AS<br />- UN A&Ntilde;O EN EL OTRO MUNDO<br />- LA RANA VIAJERA<br />- AVENTURAS DE UNA PESETA