Del incipit del libro:<br />&iquest;Hab&eacute;is observado alguna vez el sol cuando se pone en el horizonte del mar? S&iacute;, sin duda alguna. &iquest;Lo hab&eacute;is seguido hasta el momento en que la parte superior del disco desaparece rozando la l&iacute;nea de agua del horizonte? Es muy posible. Pero, &iquest;Os hab&eacute;is dado cuenta del fen&oacute;meno que se produce en el preciso instante en que el astro radiante lanza su &uacute;ltimo rayo, si el cielo, limpio de nubes, es entonces de una perfecta pureza? &iexcl;No, seguramente no! Pues bien, la primera vez que teng&aacute;is la ocasi&oacute;n &ndash;&iexcl;Y se presenta tan raramente!&ndash; de hacer esta observaci&oacute;n, no ser&aacute;, como podr&iacute;a presumirse, un rayo rojo lo que herir&aacute; la retina de vuestros ojos, sino que ser&aacute; un rayo verde, pero en un verde maravilloso, un verde que ning&uacute;n pintor puede obtener en su paleta. Un verde cuya naturaleza no se encuentra ni en los variados verdes de los vegetales, ni en las tonalidades de las aguas m&aacute;s l&iacute;mpidas. Si existe el verde en el para&iacute;so, no puede ser m&aacute;s que este verde, que es, sin duda, el verdadero verde de la Esperanza...