El art&iacute;culo 25.2. de la Constituci&oacute;n Espa&ntilde;ola dispone que el condenado a penas de prisi&oacute;n en todo caso, tendr&aacute; derecho a un trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social, as&iacute; como al acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad.<br /><br />As&iacute; el art&iacute;culo 26 Ley Org&aacute;nica 1/1979, de 26 de septiembre, General Penitenciaria dispone que : &lt;&lt;El trabajo ser&aacute; considerado como un derecho y como un deber del interno, siendo un elemento fundamental del tratamiento.<br />Sus condiciones ser&aacute;n:<br />a) No tendr&aacute; car&aacute;cter aflictivo ni ser&aacute; aplicado como medida de correcci&oacute;n.<br />b) No atentar&aacute; a la dignidad del interno.<br />c) Tendr&aacute; car&aacute;cter formativo, creador o conservador de h&aacute;bitos laborales, productivo o terap&eacute;utico, con el fin de preparar a los internos para las condiciones normales del trabajo libre.<br />d) Se organizar&aacute; y planificar&aacute;, atendiendo a las aptitudes y cualificaci&oacute;n profesional, de manera que satisfaga las aspiraciones laborales de los recluidos en cuanto sean compatibles con la organizaci&oacute;n y seguridad del establecimiento.<br />e) Ser&aacute; facilitado por la administraci&oacute;n.<br />f) Gozar&aacute; de la protecci&oacute;n dispensada por la legislaci&oacute;n vigente en materia de Seguridad Social.<br />g) No se supeditar&aacute; al logro de intereses econ&oacute;micos por la Administraci&oacute;n&gt;&gt;.<br /><br />&nbsp;