&quot;La prisionera&quot; es el quinto volumen de la obra maestra de Proust &quot;<i>En busca del tiempo perdido</i>&quot;. y tambi&eacute;n el m&aacute;s angustioso y controvertido. En &eacute;ste el narrador se detiene en el amor convertido en obsesi&oacute;n, en la naturaleza de los celos y del sufrimiento amoroso. Albertine, segundo gran amor del protagonista, es un ser de rostro siempre cambiante, lleno de encanto y seducci&oacute;n, pero fuente inagotable de inc&oacute;gnitas y contradicciones.<br /><br />Marcel conduce ahora a Albertine a Par&iacute;s y en compa&ntilde;&iacute;a de sus criados viven como amantes. Pero s&oacute;lo los celos conservan vivo su amor, que es fr&iacute;o e indiferente, cuando no aparece la sospecha. La certeza de que le abandonar&aacute; por otra mujer y recobrar&aacute; su libertad, comienza a invadir a Marcel, cada vez que presiente las mentiras de Albertine, que con sus vicios le atormenta.<br /><br />Publicado en 1923, &quot;La prisionera&quot; es el quinto volumen de la serie que completan, por este orden, &quot;Por el Camino de Swann&quot;, &quot;A la sombra de las muchachas en flor&quot;, &quot;El mundo de Guermantes&quot;, &quot;Sodoma y Gomorra&quot;, &quot;La fugitiva&quot; y &quot;El tiempo recobrado&quot;.