Mina extendi&oacute; sus brazos hacia el cielo infinito y mir&oacute; hacia sus alrededores: el amanecer te&ntilde;&iacute;a de infinito el para&iacute;so natural de montes, valles y monta&ntilde;as que la rodeaba. No era cualquier d&iacute;a: por primera vez le encomendaban el cuidado de las ovejas. Ya no era una ni&ntilde;a, ya pod&iacute;a hacerse cargo de las responsabilidades propias de una persona mayor.&nbsp;<br />El cosquilleo de un r&iacute;o en la distancia la transporta hasta un mundo de dulces sue&ntilde;os, que prontamente se convierten en pesadillas por la aparici&oacute;n de una amenazante figura en la soledad del valle. Mina descubrir&aacute; muy pronto que convertirse en una mujer adulta conlleva muchos m&aacute;s desaf&iacute;os de los que hubiese podido imaginar.<br /><br /><b>Martina Zalguizuri Bl&aacute;squiz</b> (1960) naci&oacute; en tierras francesas, espec&iacute;ficamente en Maul&eacute;on. De all&iacute;, se traslad&oacute; a Oloron y luego a Mourenx, una peque&ntilde;a ciudad donde pas&oacute; parte de su infancia y de su juventud. Con una extensa formaci&oacute;n en danza cl&aacute;sica y contempor&aacute;nea, estudios de filolog&iacute;a y paseos con su perro, transcurri&oacute; su vida de una ciudad a otra. Actualmente, trabaja como traductora y se dedica a estudiar y a tocar la flauta traversa, con la fuerte convicci&oacute;n de que es un privilegio trabajar en lo que uno ama.<br />&nbsp;