&ldquo;Y en ese preciso instante tuve la confirmaci&oacute;n de que, sin saber muy bien c&oacute;mo, yo lo estaba haciendo bien. Mi ni&ntilde;a percib&iacute;a su enfermedad como una aventura de la que ten&iacute;amos que sacar lo mejor que se nos ofrec&iacute;a. Quiz&aacute;, quien no haya pasado por algo semejante se preguntar&aacute;, abriendo desmesuradamente los ojos, de qu&eacute; aventura estoy hablando y qu&eacute; nos estaba ofreciendo el c&aacute;ncer. Su enfermedad nos estaba ense&ntilde;ando a ver la vida desde otra perspectiva, nos ense&ntilde;aba qu&eacute; era lo importante, nos daba la oportunidad de aprender a compartir el d&iacute;a a d&iacute;a disfrutando al m&aacute;ximo el hecho de amarnos y de cuidar la una de la otra, de alzar la antena para recibir tanto amor y a la vez darlo a manos llenas&hellip;&raquo;. Innumerables ensayos estudian la tortura a trav&eacute;s de la historia de la humanidad. Para quebrar a otro ser se pusieron en pr&aacute;ctica atrocidades inimaginables, ninguna tan desmesuradamente cruel, tan desgarradoramente feroz como la que sigue al diagn&oacute;stico de c&aacute;ncer del propio hijo.<br />Este relato contiene las sugerencias para convertir la peor de las situaciones en una experiencia m&aacute;gica. Nada es como es sino como cada uno desea que sea. No hay desenlaces anunciados ni compa&ntilde;eros de viaje garantizados. El destino no se elige, pero el destino no tiene el poder de condicionar a los protagonistas de esta historia. Noa vivi&oacute;, VIVI&Oacute; con may&uacute;sculas su breve vida. A su alrededor todos duraban en el tiempo. Noa les dio una lecci&oacute;n de realidad. Muchos aprendieron y pusieron en pr&aacute;ctica lo que ella suger&iacute;a un poco con palabras, pero fundamentalmente con su ejemplo.<br />La protagonista de esta historia es una madre que tuvo ella misma que morir para renacer nueva, mejor, m&aacute;s generosa que antes, m&aacute;s consciente de sus recursos emocionales, infinitamente m&aacute;s sabia. Esta historia es un himno de gratitud a los que s&iacute; se quedaron, a los que, con sus trabajos, sus empe&ntilde;os, sus like, sus silencios, sus gestos, sus aplausos, sus desvelos, sus sonrisas escoltaron a una madre y a una hija en la prueba definitiva. Noa est&aacute; presente en estas p&aacute;ginas inolvidables, est&aacute; en la carne y en el alma de su mam&aacute;, en la risa de los ni&ntilde;os que recorren las ciudades en el TAXI cada navidad, en las pupilas del investigador que examina tejidos en un microscopio. Est&aacute; en cada peque&ntilde;o y en cada adulto que al son de la m&uacute;sica del universo SIGUE BAILANDO.<br /><i>Por voluntad de Noa, parte de lo recaudado con la venta del libro ser&aacute; destinado a la investigaci&oacute;n para la lucha contra el c&aacute;ncer pedi&aacute;trico.</i>