<b>Megan y el Gato Perdido</b><br/><i>Un Espíritu Guía, Un Tigre Fantasma y ¡Una Madre que da Miedo!</i><br/>Megan es una adolescente de trece años, quien se da cuenta de que posee poderes psíquicos que otros no tienen. Al principio, intenta hablar de ello con su madre pero resulta en consecuencias desastrosas, así que aprende a guardarlos en silencio.<br/>Sin embargo, algunas personas sí le ofrecieron su ayuda y un animal le muestra una amistad especial, pero ellos no están "vivos" –en el sentido normal de la palabra–. Ellos ya están muertos.<br/>Megan tiene tres amigos de este tipo: Wacinhinsha, su Guía Espiritual, quien en su vida terrenal pasada fue un indio Sioux; Gramps, su abuelo materno, y una enorme tigresa siberiana llamada Grrr.<br/>Wacinhinsha tiene un gran conocimiento de todas las cosas espirituales, psíquicas y paranormales; su abuelo es una 'persona muerta' novata, y Grrr solo puede hablar "Tigrés", como uno podría suponer y en su mayoría, desde luego, es incomprensible para los humanos.<br/>En este episodio, Megan se entera de un gato perdido llamado Smokey. Ella siente mucha pena por el gato y sus dueños y teme que el gato esté herido, por lo que comienza un fin de semana de búsqueda.<br/>Una misteriosa chica en el bosque de la localidad le ofrece una pista sólida del lugar dónde está Smokey, por lo que Megan va a investigar. Cuando se lo informa a la dueña del gato, una tal señora Williams, Megan recibe una gran sorpresa, lo cual viene a cambiar su vida de manera considerable. <br/>