- Esta edici&oacute;n es &uacute;nica;<br />- La traducci&oacute;n es completamente original y se realiz&oacute; para el Ale. Mar. SAS;<br />- Todos los derechos reservados.<br /><br />Poseer una gran fuerza de car&aacute;cter; la confianza en s&iacute; mismo para tomar la iniciativa y triunfar; una voluntad reflexiva, decidida y tenaz; la capacidad de dominarse a s&iacute; mismo, de guiarse deliberadamente; una confianza clara, f&aacute;cil y juiciosa en presencia de cualquiera; el don de influir en los pensamientos y disposiciones de los dem&aacute;s; el vigor mental y la destreza necesarios para superar mil tipos de dificultades: todo esto, en efecto, parece inaccesible para la mayor&iacute;a de nosotros. Sin embargo, estas cosas se pueden adquirir. Este libro le mostrar&aacute; c&oacute;mo determinar met&oacute;dicamente en usted mismo, en gran medida, todas estas cualidades. Fortalecer mediante la educaci&oacute;n la voluntad, el poder que gobierna la conciencia, es una cuesti&oacute;n de ejercicio. La subordinaci&oacute;n de las diversas actividades psicol&oacute;gicas al control reflexivo de la inteligencia es la mayor cualidad del &eacute;xito, porque hace que uno sea capaz de actuar a pesar de los obst&aacute;culos o las dificultades, de acuerdo con una decisi&oacute;n o principio fijado de antemano. En una determinada etapa del desarrollo ps&iacute;quico, la voluntad est&aacute; constante e &iacute;ntimamente asociada al yo central. Permite que la voluntad dirija los pensamientos, modere o aumente, seg&uacute;n el caso, las emociones o los impulsos, y reine sobre los estados sensoriales. Las voliciones precisas, continuas e intensas tienen, por supuesto, una acci&oacute;n mucho m&aacute;s eficaz a distancia que los pensamientos indecisos, fugaces y descuidados. As&iacute;, la influencia ps&iacute;quica individual se incrementa reduciendo la multiplicidad de estados de &aacute;nimo y aprendiendo a pensar energ&eacute;ticamente. En este libro trataremos de un m&eacute;todo de desarrollo de la voluntad; en primer lugar, del autocontrol, luego de la pr&aacute;ctica de la influencia mental a distancia sobre una o varias personas, y finalmente de la aplicaci&oacute;n de los m&eacute;todos de condicionamiento voluntario del destino. Los primeros efectos se traducen primero en un impulso a la iniciativa mental, luego en un sentimiento de seguridad, de &quot;poder&quot;: se tiene la conciencia de ser capaz de realizar esfuerzos de voluntad. Poco a poco aumenta el dominio de uno mismo, y pronto los sentidos, la sensibilidad y el intelecto se dirigen con la mayor satisfacci&oacute;n. Incluso independientemente de la influencia teleps&iacute;quica directa sobre los dem&aacute;s, es evidente que uno ha logrado aprender a dominarse a s&iacute; mismo, a razonar sobre sus impresiones. Una mirada que exprese determinaci&oacute;n, un discurso preciso y juicioso, una actitud tranquila y en&eacute;rgica, todo ello causa una impresi&oacute;n considerable. El hombre llevar&aacute; a cabo lo que ha planeado de manera manifiestamente activa, con plena atenci&oacute;n a lo que est&aacute; haciendo, pasando a la hora se&ntilde;alada a la siguiente ocupaci&oacute;n, manteniendo a lo largo de todas las fases de su trabajo la misma directiva que expresa la misma voluntad. El t&iacute;tulo de este volumen: &quot;El poder de la voluntad&quot; est&aacute;, pues, estrictamente justificado desde el punto de vista m&aacute;s positivo.