El &quot;<i>Discurso del m&eacute;todo para dirigir bien la raz&oacute;n y buscar la verdad en las ciencias</i>&quot; (tal es su t&iacute;tulo completo) no es solamente la obra fundamental del fil&oacute;sofo franc&eacute;s Ren&eacute; Descartes; ha sido juzgada adem&aacute;s como el hito que marca el final de la escol&aacute;stica y el inicio de la filosof&iacute;a moderna. El &quot;Discurso del m&eacute;todo&quot; fue publicado an&oacute;nimamente por primera vez en Leiden en 1637; en aquella primera edici&oacute;n ven&iacute;a a ser el pr&oacute;logo de los tres tratados cient&iacute;ficos contenidos en el libro (<i><b>La di&oacute;ptrica</b></i>, <i><b>Los meteoros</b></i> y <i><b>La geometr&iacute;a</b></i>), y, de hecho, no se public&oacute; de forma independiente de los tratados hasta el siglo XIX.<br />Es una obra que pretende dar a conocer el m&eacute;todo para poder llegar al conocimiento verdadero y encontrar la verdad. Pero a su vez se trata de una cr&oacute;nica del pensamiento, un libro de memorias, una elaboraci&oacute;n cient&iacute;fica en la que el investigador pasa a primer plano, a la primera persona.