Publicada en 1893, Robert Louis Stevenson escribi&oacute; &quot;Catriona&quot; como la digna continuaci&oacute;n de su obra maestra &quot;Secuestrado&quot;. En &quot;Catriona&quot;, el protagonista David Balfour vuelve a contarnos sus andanzas tras lo relatado en &quot;Secuestrado&quot;.<br />A ambas obras la separan siete a&ntilde;os, miles de kil&oacute;metros y, entre otras obras,<i> &quot;La flecha negra&quot;, &quot;El bar&oacute;n de Ballantrae&quot;</i>... Pero hay a&uacute;n otra cosa que las separa y que hace de las dos novelas obras tan poco parecidas.<br />Se mantiene en las dos el hilo argumental, es decir, lo que le acontece a David Balfour, el narrador en primera persona y la intriga supone conocer desde que posici&oacute;n social, desde que destino final, nos cuenta sus peripecias. Pero si en &quot;Secuestrado&quot; la aventura es fundamental, una aventura fren&eacute;tica, vital, que forja al protagonista a trav&eacute;s del peligro y de la amistad, en &quot;Catriona&quot; Stevenson se decanta por la novela rom&aacute;ntica, por el aprendizaje sentimental y social del protagonista. Sigue siendo una novela pol&iacute;tica, de forma que se contin&uacute;a con la incursi&oacute;n de la ficci&oacute;n de David Balfour en la realidad hist&oacute;rica escocesa. Pero lo que en &quot;Secuestrado&quot; era un simple motivo que justificaba la aventura, en &quot;Catriona&quot; se convierte en un fondo narrativo que la voluntad del personaje no puede cambiar.<br /><br />En &quot;Catriona&quot;, las aventuras narradas por David Balfour se han desplazado a los Highlands escoceses y el protagonista trata sus infortunios causados por el asesinato de Appin; sus problemas con el abogado Lord Grant; su cautiverio en el pe&ntilde;on de Bass; el viaje por Holanda y Francia y las singulares relaciones con James More Drummond o Macgregor, un hijo del notable Rob Roy, y su hija Catriona de la que se enamora...