<b>SOBRE LA OBRA</b><br />Rub&eacute;n Cede&ntilde;o Madrid, 10 de febrero de 2002.<br />Es posible que tengas alg&uacute;n sue&ntilde;o que no se te ha realizado, un deseo que nunca se te ha cumplido, la necesidad de algo muy importante o, tal vez, una aspiraci&oacute;n muy grande en el coraz&oacute;n. Es posible que tambi&eacute;n est&eacute;s deseando precipitar la salud de alg&uacute;n &oacute;rgano, o perfecci&oacute;n y belleza para tu cuerpo. Si eso que anhelas o necesitas es bueno, constructivo, beneficioso para ti, para toda la humanidad, y no le hace da&ntilde;o a nadie, existe la posibilidad de que logres Precipitarlo y manifestarlo en tu mundo. Pero, para eso, es preciso cumplir con una t&eacute;cnica: los &ldquo;Siete Pasos de la Precipitaci&oacute;n&rdquo;. Eso que sue&ntilde;as tener alg&uacute;n d&iacute;a, no solamente pueden ser cosas materiales, como un trabajo, una mejora salarial, un autom&oacute;vil, un apartamento o una pareja; tambi&eacute;n es posible que sean cosas m&aacute;s sutiles, como el desenvolvimiento de una virtud espiritual, el desarrollo de una cualidad, la formaci&oacute;n de un grupo de estudios de crecimiento espiritual, liberarte de un defecto o algo por el estilo. Eso tambi&eacute;n se puede precipitar. Precipitar es traer a la manifestaci&oacute;n algo desde la &ldquo;Sustancia C&oacute;smica Universal de Dios&rdquo;. Esto solo se hace cumpliendo con los Siete Pasos; pero cuando est&eacute;s pr&aacute;ctico, lo podr&aacute;s hacer tan f&aacute;cilmente como estirando la mano y que aparezca lo solicitado sin ning&uacute;n esfuerzo.