Pensé que era lista y educada y que podía ser exitosa, pero hay mucho más en el éxito que solo tener inteligencia y educación.
El trabajo duro también es una parte muy importante del éxito, y aunque podría haber definitivamente trabajado más duro en la universidad y en el trabajo, esa no era la pieza que faltaba en el rompecabezas. No solo luché después de la universidad, sino que me sentí muy frustrada con el rumbo de mi carrera. Perdí algunos de mis sueños, comencé a decirme a mí misma que no quería cosas lujosas o buenos autos, porque comencé a creer que nunca sería capaz de conseguir esas cosas. Si me convencía a mí misma de que no quería esas cosas, tal vez estaría menos decepcionada. 
Nuestra autoestima afecta todos los aspectos de nuestra vida: nuestras relaciones con los demás, nuestro nivel de confianza en nosotros mismos, nuestro éxito profesional, nuestra felicidad, nuestra paz interior y el éxito que aspiramos a lograr en el futuro.  Ya sea que desees dar saltos cuánticos, alcanzar tus metas más significativas, triplicar tus ingresos, crear excelentes relaciones, superar el estrés y la ansiedad, o simplemente sentirte feliz y satisfecho con lo que eres, todo comienza con una autoestima saludable.
Algo divertido sucedió hace unos años en mi carrera. Me harté de cómo iban las cosas     e hice algunos cambios drásticos. ¡Al principio, los cambios me hicieron ganar mucho menos dinero y estar mucho más estresada! Sin embargo, accidentalmente comencé a crear algunos objetivos, porque me cansé de cómo iban las cosas. Entonces, comencé a escuchar a otras personas y a no confiar solo en mí misma. Salí de mi zona de confort e hice cosas que me asustaban y que eran muy difíciles de hacer.
Mi vida comenzó a cambiar, y el éxito llegó muy rápidamente.